¿Sabías que la piel es el mayor órgano del cuerpo?
Es un órgano vivo, activo y en constante cambi que necesita cuidados
específicos para
mantenerse sano y en pleno rendimiento. Cualquiera sabe que la hidratación es
fundamental, pero… ¿sabes por qué, y
cómo conseguir una piel hidratada? Una piel limpia es una
piel bonita, siempre. Eso sí, lavarte la cara con jabón no es suficiente.
No te pierdas las 10 reglas de oro para tener una
piel perfecta, que pasan por hidratarla por dentro y por fuera,
limpiarla con productos específicos dos veces al día, utilizar protección
solar durante
todo el año, exfoliarla al menos una vez a la semana, descansar adecuadamente para que pueda cumplir
con sus funciones de regeneración, evitar la
formación de los radicales libres (y sus estragos), abusar
de los antioxidantes y
llevar una vida sana, tanto en la alimentación
como en los hábitos.
Por eso, te proponemos que este año incluyas, en tus propósitos
de Año Nuevo, prestar un poco más de atención a tu piel. Mímala
diariamente y
sigue estos consejos, no sólo te verás mejor, sino que, además, retrasarás
la aparición de signos de envejecimiento cutáneo.
Cuídate por dentro, y se notará por
fuera. Te damos
las claves que necesitas para conseguir, en el
año que empieza, la piel que siempre has deseado. Toma
nota.
1 de 10 1. Hidratación non stop
Preservar la piel de la deshidratación
es conservar su resistencia a las
infecciones e irritaciones y mantener su aspecto, elasticidad y luminosidad. La piel se
hidrata desde el interior y desde el
exterior, por lo que es importante aplicar un producto
hidratante al menos dos veces al día (repitiendo, las veces que sea
necesario, a lo largo del día), encontrarás nuestras cremas en http://www.latiendadearahi.es/index.php?id_category=109&controller=category y beber de seis a ocho vasos de agua
al día. Si tu piel tiende a la deshidratación y se reseca o se vuelve tirante a lo largo del día, llevar
un spray de agua termal
en el bolso te vendrá de maravilla http://www.latiendadearahi.es/index.php?id_category=100&controller=category
2 de 10 2.
Operación limpieza
Tu piel necesita una buena sesión de
limpieza cada mañana y cada noche. Incluso si no te has maquillado,
la polución, el humo del tabaco y de los coches, las partículas de polvo y otros
agentes externos la ensucian. Acostúmbrate a seguir una rutina de limpieza facial nada más levantarte y antes
de acostarte. Empieza limpiando la piel con un producto específico con pH no
alcalino http://www.latiendadearahi.es/index.php?id_category=82&controller=categoryy
aplica un tónico si alcohol como nuestras aguasy
termina con tu tratamiento habitual.
Sólo te llevará 10 minutos al día,
y tu piel te lo agradecerá.
3 de 10 3.
Protección solar, incluso en invierno
Acostúmbrate a utilizar un protector
solar (o un tratamiento
de día que incorpore filtros UVA y UVB) durante todo el año, ya que los rayos
ultravioleta no trabajan sólo en vacaciones, y su efecto es acumulativo. De este modo evitarás un envejecimiento prematuro de la piel,
y prevendrás posibles futuros daños, como problemas de pigmentación o lesiones
malignas.
4 de 10 4.
Shhh…. Descansa
Un buen descanso es tan
importante para tu bienestar general como para tu piel. Durante las horas de
sueño, la piel realiza las funciones de regeneración
celular, y, ayudada por un buen cosmético, trabaja para luchar contra los signos de la edad.
Cuando no descansas, tu piel lo acusa: tono
apagado, ojeras, falta de luminosidad. Intenta dormir por lo
menos 7 horas al día, y deja que tu piel descanse.
5 de 10 5.
Adiós a las células muertas
Sea cual sea tu tipo de piel, incluso
si es muy sensible o delicada, la exfoliación es un proceso que
no puedes olvidar en tu rutina de cuidados faciales. Además de eliminar las células muertas de la
piel y mejorar su estado general y la
microcirculación cutánea, evitarás la aparición de impurezas, al mantener tanto la piel como los poros
limpios. Utiliza un producto exfoliante adecuado a tu tipo de piel al menos una vez por semana, verás la
diferencia.
6 de 10 6.
Stop a los radicales libres
Los malos hábitos
alimenticios, el alcohol, el tabaco, la falta de descanso… contribuyen a la
formación de radicales libres,
los responsables de la oxidación,
y, por tanto, del envejecimiento y el deterioro de todos los órganos, incluida
la piel. Intenta evitar estos
hábitos en la medida de lo posible, y, por otra parte, utiliza
productos capaces de contrarrestar su
acción.
7 de 10 7. Vitaminas
antioxidantes
Ayudan a neutralizar los efectos negativos de los radicales libressobre
la piel. En determinados momentos del año, como en los cambios de estación y en épocas de estrés, es
recomendable tomar suplementos de vitaminas y minerales a base de vitamina C, E
y betacaroteno, y utilizar cosméticos que
contengan antioxidantes de eficacia tópica demostrada como las vitaminas
C y E.
8 de 10 8. Ejercicio
factible
Este año, proponte cumplir
una rutina de hábitos de ejercicio. No te pongas objetivos demasiado exigentes o inalcanzables, ya que sólo
servirá para desmotivarte. Organízate para, al menos, realizar tres
sesiones a la semana de ejercicio aeróbico, e intenta mejorar
tus hábitos diarios: utiliza las escaleras en lugar del
ascensor, e intenta caminar más. Un buen truco para superar la pereza a la hora
de salir a hacer ejercicio puede ser ir de shopping con
tus amigas.
9 de 10 9. Encuentra tu equilibrio
En épocas de carencias, cambios de estación o tras un período de enfermedad o excesos, la piel también necesita, como el resto del cuerpo, restaurar su equilibrio. Nutrición adecuada, suplementos específicos, ejercicio físico moderado, cuidados cosméticos y actitud positiva son las bases. Si tienes cualquier duda, acude al dermatólogo. La meditación es una forma estupenda de recuperar el equilibrio entre cuerpo y mente.
10 de 10 10. Come sano
Intenta que tu dieta sea saludable y variada, rica en frutas y verduras, cereales integrales, aceites vegetales, pescado, carbohidratos complejos de bajo índice glucémico y proteínas no grasas. Además, los ácidos grasos esenciales, como el omega 3, tienen múltiples beneficios antiinflamatorios y drenantes, incorpóralos a tu rutina.
María Serralta