En anteriores post
hemos dado mucha importancia a la hidratación de la piel, algo básico para
mantenerla en perfectas condiciones y lucir radiantes. Pero más allá de la
“hidratación por fuera”, también debemos considerar la importancia de
“hidratarnos por dentro”, sobre todo en esta época del año, cuando el sol y
calor no dan una tregua y puedan ocasionarnos algún que otro daño.
Como todos sabemos,
nuestro cuerpo se compone en su mayoría de agua (aproximadamente el 60% del
peso corporal). El agua en nuestro organismo se distribuye en la sangre,
tejidos, orina… por eso en verano debemos prestar especial atención a la
hidratación del cuerpo, ya que el calor aumenta la evaporación del agua y
nuestra necesidad de hidratarnos.
Por tanto, debemos
tener en cuenta la hidratación a dos niveles, interior y exterior, y será el
primero de ellos en el que nos centremos hoy mediante algunos consejos:
1.
Hay que mantener un equilibrio entre la
cantidad de líquido que eliminamos y la que ingerimos. El agua se utiliza para
regular la temperatura corporal, realizar la digestión, aumenta la filtración
renal… En condiciones normales, cuando nosotros ingerimos más agua de la que
necesitamos ésta se elimina por medio de la orina. La sed nos recuerda que
debemos ingerir líquidos para evitar la deshidratación.
¡Ojo!
Las personas mayores no tienen sensación de sed, por eso en épocas de calor deben beber agua aunque no tengan ganas, y los
bebés y niños pequeños tampoco, y es la madre la que debe regular esta ingesta.
2.
Para hidratar nuestro cuerpo podemos
tomar agua como tal o en forma de zumos, infusiones, caldos, batidos… o también
frutas o verduras (que tienen agua en su composición). A continuación
mencionamos algunas recomendaciones:
- Pepino:
Poseen un 96% de agua, cuenta únicamente con 17 calorías, ofrece nutrientes
como potasio, vitamina C y fibras. Es ideal para la digestión, se recomienda
que su consumo sea crudo para aprovechar sus beneficios.
- Papaya:
ayuda a la digestión, le brinda más
energía al cuerpo para reparar la piel, logrando que esta luzca radiante,
igualmente gracias a que contiene vitamina A
se encarga de la salud y buen funcionamiento de diferentes órganos.
- Sandía:
es rica en vitamina C, ideal para conseguir una piel hidratante y buenas
defensas en los organismos, aporta un 92% de agua, reduce el riesgo de
enfermedades cardíacas y varios tipos de cáncer, como el de próstata, ovarios,
cervical, oral, faringe, esófago, pulmones y páncreas.
- Tomate:
Al estar compuesto de licopeno (un poderoso antioxidante) lo hace un importante
protector de la piel, combate contra el envejecimiento y el acné.
Cuenta con un 94% de agua y 20 calorías, es fuente potasio,
fosforo, vitamina A y C.
- Manzana:
La manzana contiene 86% de agua, el consumo de una manzana a diario aporta la fibra que el cuerpo
necesita, es una de las frutas con mayor antioxidante el cual disminuye el crecimiento de las células
cancerosas, reduce el riesgo de poseer Alzheimer y disminuye las enfermedades
del corazón.
- Vegetales
de hojas verdes: La espinaca y lechuga aportan un 95% de
agua, son ricas en vitamina A y C que como ya se ha dicho son especiales para
el cuidado de la piel, poseen minerales, antioxidantes, y nutrientes que ayudan
a la desintoxicación ayudando a eliminar las toxinas e impurezas de la piel,
previenen el cáncer, preservan la memoria y mantienen una visión sana.
- Kiwi:
Esta fruta tiene un 83% de agua, el consumo de un kiwi aporta más del doble
requerimiento que tenemos a diario de vitamina C, gracias a que contiene fibra
es excelente para regular el colesterol y la presión sanguínea, disminuye el
riesgo de coágulos y baja los niveles de lípidos sanguíneos.
- Zumo
de naranja: La naranja posee un 88% de agua, es
rica en potasio, vitamina C, calcio, ácido fólico, aporta los nutrientes
necesarios para la recuperación de la piel.
Por último, otros
consejos que nos ayudarán a mantener la hidratación en este caso “por fuera”:
-Aplicar un protector
solar de forma adecuada antes y durante la exposición al sol.
-Ducharse tras un baño
en piscina, mar… (retirando el cloro y las sustancias irritantes de la piel).
-Puede ser necesario
vaporizar agua sobre la piel cuando haga mucho calor o durante la exposición
solar.
-Aplicarse crema a
diario o aceite corporal tras la ducha.
-Utilizar una crema
hidratante facial adecuada a cada tipo de piel, sola o como base de maquillaje.
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